Tipos de riesgo en la adaptación de la propuesta


La lista de preguntas del tema precedente proviene de conocer el tipo de riesgos que enfrentan proyectos y empresas. Antes de intentar manejar esos riesgos, puede ser de utilidad distinguir los diversos tipos de riesgo y agruparlos en categorías. Muchos de ellos son riesgos que el promotor conoce y que está dispuesto a correr, justamente por ser el promotor, pero este no es el caso de bancos y prestamistas.

Los riesgos pueden clasificarse en varias categorías. Al igual que en muchas otras listas de esta guía, la categorización se puede hace de diversas maneras.

La lista que se detalla a continuación responde a una clasificación usual.

Riesgo de compleción
Riesgo tecnológico
Riesgo de provisión
Riesgo económico
Riesgo financiero
Riesgo de moneda
Riesgo político
Riesgo ambiental
Riesgo social
Riesgo de fuerza mayor


El riesgo de compleción se refiere a la posibilidad de que algo que se ha comenzado pueda no finalizarse después de que el prestador ha puesto a disposición los fondos. Esto puede suceder cuando la propuesta es más costosa de lo que se había previsto o el mercado ha cambiado mucho durante la construcción. Curiosamente, a veces es más sensato para el promotor y el grupo de propietarios abandonar un proyecto así que completarlo (y sí, sucede). Los prestamistas ni siquiera considerarían esa posibilidad. Por ello, “otro” —que no sea el prestador— debe hacerse responsable y ser capaz de completar el proyecto una vez comenzado.

Nota: Para no repetir este último punto en el resto de la lista, el lector debe considerar que el hecho de que los prestamistas busquen otras partes que se hagan responsables y que sean capaces de asumir el riesgo es un concepto inherente a todos los tipos de riesgo que se describen a continuación.

El riesgo tecnológico se refiere a la posibilidad de que la tecnología no se comporte como se había previsto o que se vuelva obsoleta más rápidamente de lo esperado. Si la tecnología no funciona como se había acordado en el momento de su instalación, el riesgo puede clasificarse dentro del riesgo de compleción, pero en general se considera una categoría diferente. Los prestamistas quieren saber si hay otra persona que esté dispuesta a encontrarle una solución a una tecnología que no da los resultados esperados. Los prestamistas quieren, además, saber si la tecnología está probada (es decir, no es nueva) y es competitiva (que no esté a punto de entrar en obsolescencia).

El riesgo de provisión se refiere a que no se pueda disponer de las materias primas. Esto puede incluir recursos que el proyecto necesita utilizar (por ejemplo, una mina o un bosque plantado), o comprar (por ejemplo, combustible o suministros). Los prestamistas quieren saber si lo que se necesita para producir el producto o el servicio está disponible y es asequible.

El riesgo económico existe incluso después de que el proyecto se ha completado, la tecnología funciona y los insumos están disponibles. El resultado puede ser ineficaz o el mercado estimado (la “demanda”) puede desaparecer. Los prestamistas necesitan poder confiar en las proyecciones de mercado y en el conocimiento de mercado demostrado por el promotor.

El riesgo financiero se presenta cuando se usan tasas de interés variable o se prevé una refinanciación del proyecto en algún momento de la vida de la empresa. Las tasas de interés varían. Los cambios muy pronunciados pueden hacer que la empresa se vuelva no competitiva, o no “líquida” (“liquidez” significa tener el efectivo para saldar obligaciones de pago con los prestamistas a tiempo y en su totalidad).

El riesgo de moneda está íntimamente relacionado con el riesgo financiero y podría incluirse en esa categoría, pero debido a la naturaleza de los proyectos de transferencia de tecnología se justifica que se trate por separado. El riesgo de moneda está relacionado con la diferencia entre el valor de la moneda que afecta los ingresos y los egresos, y el valor de la moneda en la cual se deben realizar los pagos crediticios.

El riesgo político se define como el riesgo a que cambien las normas que rigen la propuesta. Un buen ejemplo es que el gobierno aumentara arbitrariamente los impuestos a un proyecto para convertirlo en inviable o que cambiase las normas de construcción de modo de que fuese imposible completarla.

El riesgo ambiental está relacionado con las condiciones ambientales desconocidas que puedan afectar a la empresa después de que esta ha comenzado. El riesgo ambiental no tiene nada que ver con pasar por alto o eludir las normas ambientales, sino que es el riesgo de la ocurrencia imprevista de algo de carácter ambiental. Un buen ejemplo sería que un emplazamiento importante de la empresa provocara trastornos imprevistos a una especie amenazada o a un lugar cultural importante.

El riesgo social es una categoría que tiene en cuenta todo tipo de desórdenes sociales que puedan afectar la aplicación de una propuesta. Durante mucho tiempo, se incluía dentro del “riesgo político”, pero la conciencia del poder de los trastornos locales justificó clasificarlos en una categoría separada, aunque más no sea para destacar el hecho de que la realidad local, fuera del dominio de lo que generalmente se denomina política, puede afectar mucho la planificación, la construcción y la operación.

El riesgo de fuerza mayor es el riesgo de que algo catastrófico —una tormenta, un terremoto, un terrible accidente— pueda hacer fracasar el proyecto. En épocas menos seculares, se denominaba “actos de Dios”.
Compartir

Jogly Sú

Mi nombre es Jogly Sú, creador y administrador de este sitio, Muchas gracias por leer nuestros artículos, te agradeceré si lo compartes.

  • Youtube
  • Twitter
  • Pinterest
  • Facebook
    Comenta como Blogger
    Comenta como facebook

0 comentarios:

Publicar un comentario

Por favor haz tus comentarios basados en el tema, sugiere, aporta y exprésate con respeto. Tus lectores lo agradecerán.