Guía resumida para vivir feliz

personas felices
El término felicidad parece estar mal definido en nuestra cultura occidental, estudios demuestran que “feliz” proviene de la palabra islandesa “happ” que significa suerte o azar, por lo tanto poseería la condición elusiva e inasible de algo que no depende de nosotros.

En los fugaces momentos de alegría que trae la vida, ésta parece llovida del cielo. Sin embargo para otras culturas ser feliz es parte de un “entrenamiento de la mente”, pero concibiendo la mente como el receptáculo de “psique” y “espíritu”, “intelecto” y “sentimiento”, “corazón” y “cerebro”.

Si nos imponemos cierta disciplina interna podemos experimentar una transformación de nuestra actitud, de toda nuestra perspectiva y de cómo percibimos el mundo.

Parte de esta disciplina sería identificar los factores que nos conducen a la felicidad, y de los que nos ocasionan sufrimiento. Identificados estos factores es necesario eliminar de forma gradual los que producen sufrimiento mediante el cultivo de aquellos que nos proveen felicidad.

Recordando que todo depende de nuestra actitud, de cómo tomemos los acontecimientos. No se debe olvidar que si dependemos de factores externos para ser felices, estaremos sujetos a los cambios que el mundo, la suerte o el destino impongan. 

Por otro lado si “educamos” nuestra mente para reaccionar ante cualquier estimulo externo de manera positiva, alcanzar un estado de felicidad será más asequible.

Y aunque decirlo parezca fácil no es tan simple, se requiere perseverancia y práctica. Es una tarea de todos los días, autoformarse diariamente. La vida se encargará de probarnos, de ponernos los exámenes necesarios.

Ser feliz es cuestión de voluntad, de actitud, es una condición interna propia del individuo.
Evitemos formar parte del grupo que depende de todo lo externo para mostrar un rostro resplandeciente, una actitud positiva o una conducta alegre.

Seamos de aquellos que aunque las circunstancias no luzcan favorables, en nuestra mente reine la paz y la tranquilidad, elementos sin los cuales no puede existir la felicidad.
La constante creación de pensamientos positivos favorecerá de manera substancial nuestro estado de ánimo proclive a la felicidad.

Los libros sagrados de todos los tiempos hacen énfasis en el dominio de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos. 

La permanente disciplina en el pensar y el sentir. El gran promotor del Cristianismo el Apóstol Pablo expresa algo muy interesante e inspirador: 
“todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto pensad”  

otro líder de gran prestigio, el Dalai Lama hace énfasis en la importancia de la educación de nuestra mente: 
“Cuando se carece de la disciplina interna que produce la serenidad mental no importan las posesiones o condiciones externas, ya que estas nunca proporcionarán a la persona la sensación de alegría y felicidad que busca. Por otro lado, si se posee esta cualidad interna “la serenidad mental” y “estabilidad interior”, es posible tener una vida gozosa, aunque falten las posesiones materiales que uno consideraría normalmente necesarias para alcanzar la felicidad”.



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Jogly Sú

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