Valores: la base de la organización

Valores la base de la organización en los emprendimientos sociales

El tipo de estrategia y su grado de elaboración, tanto en las empresas como en las OSC, están relacionados no sólo con la misión sino también con los valores de la entidad; es decir, con las creencias y preferencias compartidas que guían, motivan y dan identidad a las organizaciones.

 Como se ha visto, puede haber cambios estratégicos e incluso reorientaciones en las misiones de las organizaciones, pero estos cambios se soportan mucho mejor si se mantienen los valores de base compartidos.

Así, en una organización de estilo más conservador o prudente puede fracasar la opción por una estrategia muy agresiva o ambiciosa y viceversa.

Por ejemplo, las campañas de marketing para captar nuevos donantes particulares —cada vez más elaboradas y que necesitan más recursos— entran en tensión con aquellas partes de la organización que prefieren ahorrar y dedicar el máximo de recursos a los beneficiarios de los proyectos de desarrollo.

También puede darse el caso opuesto: las campañas de denuncia contra las actuaciones de determinadas empresas en América Latina condicionan la posibilidad de conseguir recursos de sus casas matrices en España.

Estas tensiones o conflictos entre los valores organizacionales y las nuevas necesidades de financiamiento no son fáciles de solucionar.

En algunos emprendimientos, se trabaja para reducir estas tensiones a través de políticas de recursos humanos y de comunicación, pero aquellas persisten, y lograr el equilibrio adecuado parece ser el secreto del éxito.

Es fundamental para ello asegurarse una cierta continuidad en el equipo que gobierna la entidad a fin de que estos valores fundacionales se conserven con el paso del tiempo. Entre los valores comunes a la mayoría de los emprendimientos sociales se encuentra la sensibilidad por la injusticia social, la preocupación por los más desfavorecidos, por el medio ambiente y por las futuras generaciones.

También, implícita o explícitamente, frecuentemente se encuentra la voluntad transformadora de la sociedad, es decir, la voluntad de crear valor social. Ahora bien, como un medio para estos fines, o a veces como un fin en sí mismo en armonía o alineación con el fin de crear valor social, está la creación de valor económico: es decir, la voluntad de reforzar y ampliar la organización (lo cual, como se ha visto, tiene matices diferentes en OSC y empresas).

Esta es también, implícita o explícitamente, una creencia o preferencia compartida que guía y motiva las acciones de una organización. En el caso de INBio, la creación del parque temático es un buen ejemplo de cómo desde una proposición de valor social, la conservación de la biodiversidad, la organización añade una propuesta de crear valor económico que le va a permitir seguir creando valor social.

A menudo, aunque no siempre hay una coincidencia absoluta, los valores compartidos dentro de una organización son, en realidad, los valores de las personas que tienen poder de decisión y de las que, de alguna manera, pueden influir en esta.

Así, adquieren gran importancia las personalidades y creencias de aquellos que han dado a luz las diferentes iniciativas sociales, pues ellos tienen una gran capacidad de influencia sobre la organización y sobre su entorno.

Además, por regla general, son personas que han entendido que en los emprendimientos sociales es muy importante la proposición de valor, y el equilibrio entre valor social y económico, superando la mera filantropía.

Como resumen de esta sección sobre misión y valores, se ha observado, por una parte, en el caso de las OSC, la dificultad de mantener una alineación entre las necesidades del entorno, incluyendo las posibilidades de financiamiento, y la fidelidad a la misión y a los valores; por otra parte, en el caso de las empresas, la dificultad de buscar la coherencia entre los aspectos sociales y la misión y los valores de la actividad económica.

En ambos casos se trata de una tensión entre la creación de valor social y de valor económico, que se da quizás en sentidos inversos. Las OSC están mejor equipadas para la generación de valor social y su desafío es tener presente, sin perder su foco, la generación de valor económico, para lo que están en principio menos preparadas.


 Por su lado, la amplia mayoría de las empresas no fueron creadas con el objetivo explícito de hacer de la creación de valor social uno de sus objetivos centrales, por lo cual su reto es adaptar sus misiones, valores, estrategias y procesos para dar cabida a esta dimensión en armonía con la creación de valor económico.
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Jogly Sú

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