Integración de lo social a la misión y estrategia del negocio

Integrando lo social a la estrategia del negocio en el emprendimiento

El proceso de integración de lo social a la misión y la estrategia del negocio se convierte en un gran reto para toda empresa.

En muchos casos, la relación más tradicional de las empresas con la sociedad ha sido de carácter filantrópico, de beneficio social sin condiciones.


Sin embargo, para lograr verdadero impacto deberá existir mayor integración de las diversas iniciativas sociales y de estas con la actividad corporativa; se podría afirmar que se trata de una evolución desde la filantropía hacia lo que se llama normalmente una estrategia corporativa de responsabilidad social, y en último lugar, hacia una estrategia de innovación social corporativa.

Es decir, se tiende hacia un alineamiento entre lo social y lo económico con el que, entre otras cosas, se persigue la creación de un mayor valor social. La incorporación distintiva de lo social en la misión de la empresa va de la mano de un proceso de aprendizaje. Inicialmente, varias de las empresas que realizan emprendimientos  atraviesan períodos en los que tan sólo se desarrollan iniciativas sociales sin mucho orden específico o gran sistematización.

Muchas veces se llevan a cabo actividades como respuesta a solicitudes o demandas puntuales de grupos u organizaciones, o por presiones legales o del marco regulatorio. Las empresas revisan su cartera de inversión social y encuentran que el hecho de que lo social no se incorpore en la misión puede ser una barrera para la alineación entre la generación de valor económico y social.

Dado que la misión de las empresas es el norte que guía la estrategia corporativa, estas difícilmente podrán trascender las iniciativas sociales puntuales o evitar la pérdida de rumbo si no revisan profundamente su misión y la estrategia de negocio.

Ahora bien, tampoco es suficiente mencionar la responsabilidad social en la misión o establecer formalmente que la empresa incorpora lo social en su estrategia corporativa.De todos modos, algunos casos muestran que la incorporación explícita de lo social en la misión refleja su integración en la estrategia empresarial.

Un claro ejemplo es la empresa venezolana Ron Santa Teresa, a la que se hizo referencia en el capítulo anterior. Esta compañía, ubicada en una comunidad semi-rural, durante sus 200 años de existencia se limitó a responder a peticiones puntuales o a desarrollar proyectos de corte filantrópico de acuerdo con el interés de los dueños.

En el año 2000, cuando se producía un giro positivo de su situación financiera, la empresa se encontró con una invasión de 400 familias de la comunidad dispuestas a entrar en conflicto y con un asalto por parte de jóvenes delincuentes. Los líderes de la compañía comprendieron que debían cambiar la forma en que se abordaban los temas sociales, lo que significaba transformar la misión empresarial.

Con ese fin, se establecieron compromisos de largo plazo con los actores relevantes (empleados, clientes, proveedores y consumidores). Sin embargo, la misión era todavía estrecha, puesto que se dejaban de lado importantes grupos de interés: no se contemplaba a los habitantes del municipio, cuya historia estaba entrelazada de distintas maneras con la de la empresa.

Entonces el equipo gerencial formuló una nueva misión, donde incorporó explícitamente el tema de la inversión comunitaria: “Ron Santa Teresa será reconocida por la excelencia de su capital humano y por su cultura empresarial, por el óptimo manejo de sus procesos y por la inversión comunitaria para garantizar su crecimiento rentable y sostenido”.

En definitiva, se podría afirmar que se hizo un esfuerzo para reconciliar la creación de valor económico con la creación de valor social. Las medidas adoptadas constituyen un indicador del creciente nivel de institucionalización de la cartera de inversión social de la empresa. A la hora de pensar en la misión y la estrategia, es relevante considerar los valores implícitos en la acción social y su coherencia con los valores  de la organización.

Puede suceder que haya que hacer elecciones entre diferentes valores, todos ellos deseables, o quizá en algunos casos se pueda encontrar un camino satisfactorio en el que varios valores se vean cumplidos al mismo tiempo.

Así, la empresa textil multinacional española  Inditex (Zara) por su modelo de negocio tercerizaba una parte importante de su producción en talleres en países en desarrollo de América Latina y Asia.
Esto generaba empleo en estos países, pero la empresa tenía que prestar mucha atención a no cruzar jamás la delgada línea que separa la generación de empleo de la explotación laboral por parte de algún proveedor inescrupuloso.

 Inditex estaba trabajando en los últimos años en una doble dirección: en primer lugar, a través del fortalecimiento de esos talleres, mediante programas de formación, salud y seguridad de sus trabajadores, así como en el diseño de los edificios en los operaban los talleres.

 En segundo lugar, la empresa estaba trabajando estrechamente junto a los agentes comerciales que compraban prendas a estos talleres en todo el mundo, para abastecerse sólo de aquellos talleres que cumpliesen con estándares mínimos.

 Los valores detrás de esta estrategia de la empresa estaban bien explicitados: buena fe, diálogo y transparencia. Como siguiente paso, Inditex (Zara)estaba tratando de integrar estas políticas en toda su estrategia.
 En suma, es evidente que lograr una coherencia de la actividad del negocio con los emprendimientos sociales es un reto nada despreciable en el contexto empresarial.

Este desafío se presenta sobre todo en el inicio de los emprendimientos: las iniciativas en esta etapa suelen ser reactivas y no necesariamente coherentes entre sí; además, la creación de valor social no suele estar incorporada en la misión.

Con el tiempo, las empresas aprenden de su propia experiencia, de su relación con diversos actores y de los logros que pueden obtener gracias a la generación de valor social. La incorporación del aprendizaje en la misión y valores constituye una señal de una perspectiva a largo plazo en las actuaciones sociales de las empresas.

 Elementos clave para lograr mayor coherencia entre las iniciativas sociales y la misión de la empresa son, en primer lugar, el liderazgo y la visibilidad de los resultados iniciales. A continuación, y seguramente gracias a los anteriores elementos, cobra importancia el grado de institucionalización del emprendimiento en la empresa, es decir, la medida en que la mayoría de los empleados conoce y entiende la importancia de la generación de valor social y se involucra.

Finalmente, cuando el entusiasmo por estos proyectos se ha extendido, el desafío es encontrar el equilibro más productivo entre los logros del negocio y los objetivos sociales. Cada caso estudiado muestra el complejo proceso de conjugar planes, políticas y acciones que permitan alcanzar los resultados deseados. Todo esto es importante para llevar adelante la estrategia con éxito.
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Jogly Sú

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