Juventud: un tesoro en peligro



En nuestra existencia humana, conforme pasa el tiempo y vamos envejeciendo nuestros puntos de vista cambian casi radicalmente. Lo que antes nos parecía bueno, hoy visto con el lente de la experiencia carece de importancia.

En la juventud hay por naturaleza ímpetu y vigor, espontaneidad y decisión,  fuerza y temeridad, por lo tanto las posibilidades de cometer errores son más elevadas.

No obstante es de esta etapa preciada, según lo registra la historia,  de donde surgen los cambios revolucionarios, las nuevas religiones y los hechos heroicos que tanta admiración han causado en el devenir de los tiempos.
Hay cosas que hicimos en nuestra juventud, que al recordarlas, nos causan admiración. Nos preguntamos sorprendidos: -¿Yo hice eso?- Y con jubilo infantil nos sumergimos en las memorias de un pasado que nos dejo valiosas lecciones.

Aunque la mayoría de las veces ese vigor juvenil es empleado en actividades que lejos de beneficiar, perjudican, lejos de construir destruyen, siempre hay ejemplos dignos de imitar y de seguir.

En la actualidad la inmensa mayoría de jóvenes es influenciada fuertemente por los medios de comunicación, inculcando en sus fértiles mentes ideas muchas veces contrarias a su dignificación y desarrollo. Hoy mas que nunca debemos observar con sumo cuidado la conducta de nuestros hijos y velar por que el hálito marchitador de las influencias negativas no les robe el derecho a un futuro promisorio.

Cuanto joven no precisa de una mano que lo dirija, de una directriz para su vida, sin embargo eso en algunas ocasiones no esta al alcance de esa alma que encontrará en cualquiera que le demuestre amistad, un mentor, un guía o un maestro aunque éste lo sea en lo malo.

Es admirable el número de delincuentes jóvenes que la policía tiene identificados, ¿cuantos padres sufren al ver a sus hijos formando parte de estas estadísticas?
Lo cierto es que a ningún progenitor le causa alegría que su hijo integre estas listas negras, pero esa es la realidad.

Dios nos ha dado nuestros hijos como una bendición. Sin embargo para muchos padres eso no es así, sus hijos les quitaron la paz y la tranquilidad para siempre ¿Qué hicieron mal como padres?

Algunos estudiosos del tema explican que muchos factores que desencadenan una mala conducta en niños y jóvenes pueden prevenirse, pero hay uno que es desconocido, un factor que condiciona el comportamiento y que no depende de la crianza, educación o disciplina con la que se desarrollaron, ese factor desconocido nos expone a todos. Solo nos queda hacer lo que esta a nuestro alcance, educarnos más para ser padres idóneos para nuestros hijos, amarlos y comprenderlos y disfrutarlos mientras los tengamos con nosotros. Aumentaremos así las posibilidades de que algún día nuestro hijo llegue, talvez no  a ser un héroe, pero sí  un hombre de bien, solidario y de corazón noble y bondadoso, si Dios en su amor infinito lo permite.
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Jogly Sú

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