jueves, 26 de julio de 2012

Al Compartir conocimientos tengamos presente lo siguiente:


Cuando debamos  compartir un conocimiento, impartir una charla o explicar un tema complicado deberemos tomar en cuenta lo siguiente:

“El técnico elitista”

• Se siente superior y lo deja sentir.

• Mantiene siempre la actitud: “Ellos tienen que aprender de mí”.

• No solicita ni facilita comentarios de la gente; teme mostrar su ignorancia haciendo preguntas transparentes.

• Usa juicios de valor y califica sin entender el condicionamiento de sus propios valores (moderno / tradicional; avanzado/atrasado; trabajador / vago, etc.).

• Hiere las sensibilidades y no establece confianza.

• Actúa como si fuera el único al cual se debe respecto; intimida.

• No le interesa, ni se fija en la participación de todos.

• Monopoliza la palabra; usa preguntas cerradas o con “respuestas sugeridas”; interrumpe a la gente.

• Se lleva la información sin dar las gracias y no aclara a la gente lo que se va a hacer con ella, ni restituye la información.

• Mantiene una distancia y una relación de poder con la gente; hace promesas, no compromisos.


"Un técnico facilitador de desarrollo"

• Siente que tiene mucho que aprender; se olvida de cuestiones de
estatuto, prestigio y    experiencia.

•   Está convencido que el aprendizaje es un proceso mutuo.

 • Muestra su interés y entusiasmo para aprender de la gente del campo; reconoce y          respeta sus conocimientos.

• Relativiza sus conocimientos y valores; evita juzgar a los demás y busca comprender.

• Es sensible a los estados de ánimo de la gente (aburrimiento, angustia, cólera, etc.) los toma en cuenta y construye algo de interés.

• Respeta los protocolos y reglas de cortesía de la gente del campo; hace sentirse a todo el mundo importante.

• Crea una atmósfera de confianza para que todos se expresen. Recuerda que todo el mundo tiene algo que decir; involucra a  los callados, sobre todo a las mujeres.

• Escucha con atención y deja fluir la información, nunca interrumpe.

• Da crédito a todos los participantes por sus aportes; explica claramente el uso que va a dar a la información.

• Está siempre dispuesto a rendir cuentas y a solicitar la aprobación de la gente.

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miércoles, 25 de julio de 2012

Cambios de actitud

Para lograr cambios perdurables en cualquier programa de desarrollo deberemos adoptar cambios de actitud positivos y evitar las posturas asumidas por:

" El técnico elitista"                                             

• Cree que sus conocimientos son los únicos valiosos y “científicos”.

• Se cree superior y diferente de la gente.

• Cree que tiene todas las respuestas y que los demás no tienen nada relevante que aportar.

• Manda, dice a la gente lo que tienen que hacer, se siente amenazado por la participación de la gente.

 • No tiene consideración para la forma de vida, las experiencias y los valores de la gente del campo. Opina sobre todo, aunque no tenga  el conocimiento.

• Solamente va al campo cuando no lo puede evitar; prefiere compartir con sus “iguales”.

• Hace “turismo de desarrollo” y nunca llega a los más pobres y aislados; no le gusta caminar ni ensuciarse los zapatos.

• Solamente entiende de cumplir metas programadas; no se siente  comprometido con la gente; se conforma con “adornar” sus logros con informes para apaciguar a sus superiores y agencias financieras.



“Un técnico facilitador de desarrollo”
                                                                                      
• Respeta todos los conocimientos por su valor propio.

• Trata a los campesinos con respecto.

• Trata de aprender de los campesinos y de sus colegas (apertura de espíritu).

• Busca fomentar la cooperación (es democrático).

• Trabaja al lado de los campesinos para apoyarlos con respecto; aporta sus experiencias cuando son necesarias o solicitadas.

• Le gusta ir al campo donde se hace el trabajo; le gusta compartir con los campesinos.

• Evita el sesgo de las “vitrinas de proyectos”, trata de llegar a todas las áreas y a la gente incluyendo los más pobres y aislados.

• Entiende que el desarrollo es cuestión de proceso; se preocupa más por el impacto y los avances cualitativos en su trabajo; se autocuestiona.

                     Frans Geilfus


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lunes, 23 de julio de 2012

Eliminemos las barreras



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domingo, 22 de julio de 2012

PERFIL DE UN BUEN FACILITADOR

  • Tener fe en la gente y en sus capacidades.
  • Crear una atmósfera de confianza.
  • Tener cualidades de paciencia y capacidad de escuchar.
  • Estar consciente de sus límites y siempre dispuesto a aprender.
  • Tener confianza en sí mismo sin arrogancia.
  • Respetar las opiniones y no imponer las suyas.
  • Ser creativo.
  • Ser flexible, adaptar los métodos a la situación y no seguir programas rígidos.
  • Ser sensible al estado de ánimo y a la sensibilidad de los participantes.
  • Tener buenas capacidades para dibujar y escribir.
  • Tener capacidad de síntesis y análisis.

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sábado, 21 de julio de 2012

LA PARTICIPACIÓN COMUNITARIA


Mucho se habla de la participación en los proyectos y en el desarrollo de las comunidades. Esto es, porqué todo el mundo se da cuenta que la mayoría de los proyectos de desarrollo fracasan o quedan muy lejos de sus metas iniciales, por falta de participación real de la gente para quién se hizo el proyecto en primer lugar (“los beneficiarios”).  También muchos técnicos ven todavía el desarrollo como un proceso linear sencillo, donde se pasa de la situación “A” a la situación “B” en línea recta, y para ellos la participación podría ser una “pérdida de tiempo”. Claro está, existen muchas definiciones diferentes de la participación.  Los unos llaman participación, lo que para los otros no es más que manipulación o pasividad de la gente.  La realidad, es que la participación no es un estado fijo: es un proceso mediante el cual la gente puede ganar más o menos grados de participación en el proceso de desarrollo.  Por esto, les presentamos lo que llamamos la “escalera de la participación”  la cual indica cómo es posible pasar gradualmente, de una pasividad casi completa (ser beneficiario) al control de su propio proceso (ser actor del auto-desarrollo).En esta escalera, vemos que lo que determina realmente la participación de la gente, es el grado de decisión que tienen en el proceso.  Esto es válido tanto en las relaciones entre los miembros de la comunidad y la institución de desarrollo, como dentro de las organizaciones comunitarias.







                                                                                             Auto desarrollo                                                                                                         
                                                                                                       
                                                                                                          Participación interactiva
                                                                 
                                                                                Participación funcional

                                          Participación por incentivos

                         Participación por consulta

Suministro de información

Pasividad                                           



                                     

                                                                            



Pasividad: las personas participan cuando se les informa; no tienen ninguna incidencia en las decisiones y la implementación del proyecto.
Suministro de información: las personas participantes respondiendo a encuestas; no tiene posibilidad de influir ni siquiera en el uso que se va a dar de la información.
Participación por consulta: las personas son consultadas por agentes externos que escuchan su punto de vista; esto sin tener incidencia sobre las decisiones que se tomarán a raíz de dichas consultas.
Participación por incentivos: las personas participan proveyendo principalmente trabajo u otros recursos (tierra para ensayos) a cambio de ciertos incentivos (materiales, sociales, capacitación); el proyecto requiere su participación, sin embargo no tienen incidencia directa en las decisiones.               
Participación funcional: las personas participan formando grupos de trabajo para responder a objetivos predeterminados por el proyecto. No tienen incidencia sobre la formulación, pero se los toma en cuenta en el monitoreo y el ajuste de actividades.
Participación interactiva: los grupos locales organizados participan en la formulación, implementación y evaluación del proyecto; esto implica procesos de enseñanza-aprendizaje sistemáticos y estructurados, y la toma de control en forma progresiva del proyecto.
Auto-desarrollo: los grupos locales organizados toman iniciativas sin esperar intervenciones externas; las intervenciones se hacen en forma de asesoría y como socios.
Frans Geilfus

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viernes, 20 de julio de 2012

LA VERDADERA DEUDA EXTERNA


Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuauhtémoc, he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.
Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que nos encontraron hace quinientos años.
Aquí pues nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.
El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme. El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con
intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros, sin pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo.
También yo puedo reclamar pagos, también puedo reclamar intereses.
Consta en el Archivo de Indias. Papel sobre papel, recibo sobre recibo, firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a Sanlúcar de Barrameda 185 mil Kg de oro y 16 millones de Kg de plata
provenientes de América. ¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron al Séptimo Mandamiento. ¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre del hermano! ¿Genocidio? ¡Eso sería dar crédito a calumniadores como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro de 'destrucción de las Indias', o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos. ¡No! Esos 185 mil Kg de oro y 16 millones Kg de plata deben ser considerados como el primero de muchos préstamos amigables de América destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir su devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios. Yo, Guaicaipuro Cuauhtémoc, prefiero creer en la menos ofensiva de las hipótesis.
Tan fabulosas exportaciones de capital no fueron más que el inicio de un plan Marshall-tezuma, para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización. Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o, por lo menos, productivo de los recursos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no.
En lo estratégico, lo dilapidaron en las 'batallas de Lepanto', en 'armadas invencibles', en 'terceros reichs' y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la
OTAN, como Panamá pero sin canal.
En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta el Tercer Mundo. Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman, conforme a la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar. Y nos obliga a reclamarles, por su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente, hemos demorado todos estos siglos.
Al decir esto aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a los hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas flotantes de 20%, y hasta 30%, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo de 10% anual, acumulado sólo durante los últimos 300 años.
Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 180 mil Kg de oro y 16 millones Kg de plata, ambas elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total de la Tierra. ¡Muy pesadas son esas moles de oro y plata! ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre? 
Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.
Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.
Pero sí exigimos en forma inmediata la firma de una 'carta de intención' que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente; y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica.
Dicen los pesimistas del Viejo Mundo que su civilización está en una bancarrota tal que les impide cumplir con sus compromisos financieros o morales.
En tal caso, nos contentaríamos con que nos pagaran entregándonos la bala con la que mataron al Poeta.
Pero no podrán.
Porque esa bala es el corazón de Europa.
 Luis Britto García.

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jueves, 19 de julio de 2012

Darle importancia a lo necesario (El Olmo y la Parra)



Arbol de Olmo
Una joven parra, extravagante y terriblemente vanidosa en su ambición por ser independiente, a la que le gustaba trepar a sus anchas, odiaba tener que relacionarse con un olmo hermoso que crecía cerca y que cortejaba sus ramas.

Como había alcanzado cierta altura sin ningún tipo de ayuda, lanzó sus ramas endebles hacia delante a una distancia poco corriente e innecesaria; y llamó a su vecino para hacerle notar lo poco que necesitaba de su asistencia. 

“Pobre arbusto caprichoso-contestó el olmo-, ¡que inconsciente es vuestra conducta! Si fueras realmente independiente, aplicarías esas fuerzas con sumo cuidado para el engrandecimiento de vuestro tallo, al que habéis prodigado con follaje superfluo.

 No tardaré en veros caído por el suelo apoyado, sin duda, por muchos de la raza humana, quienes, intoxicados de vanidad, han despreciado la economía; y quienes para apoyar un momento su alarde vacío de independencia han agotado la propia fuente de ésta en gastos frívolos.”

Robert  Dodsley

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jueves, 12 de julio de 2012

Como te ven te tratan (El Castaño y la Higuera)


Un hombre que se había subido a cierta higuera, estaba doblando las ramas hacia sí y cogiendo la fruta madura, que luego se ponía en la boca para destruir y roer con sus duros dientes. El castaño, al ver esto, agitó las largas ramas y con violencia exclamó: “¡Hay higuera! ¡Que poco protegida estás por la naturaleza, comparada conmigo! Mira como está revestido mi dulce fruto; primero cubierto con envoltorios ligeros sobre los cuales está la cascara dura pero de forro suave. Y no contenta con todos estos cuidados, la naturaleza nos ha dado estas agujas afiladas y apiñadas para que la mano del hombre no pueda dañarnos”.
Entonces la higuera empezó a reír y después de la carcajada dijo: “tú sabes bien que el hombre tiene tal ingenio que te despojara hasta de tus hijos. Pero en tu caso lo hará con varas y piedras; y cuando hayan caído los pisoteará y los golpeará con piedras hasta que tu fruto salga de su armadura aplastado y mutilado; mientras que a mí me toca cuidadosamente con las manos y nunca, como a ti, con violencia.”
Leonardo Da Vinci (1452-1519)

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sábado, 7 de julio de 2012

El poder de una mentira


En la ciudad de tarnopol vivía un hombre llamado Reb Feibel. Un día cuando estaba sentado en su casa profundamente absorto en el Talmud, escuchó un enorme ruido en el exterior. Cuando se asomó a la ventana vio un montón de pequeños bromistas. “debe de ser un nuevo ejemplo de travesura, sin duda”, pensó. “niños corred rápidamente a la sinagoga”, gritó, asomándose e improvisando la primera historia que se le ocurrió. “Veréis allí un monstruo marino, y ¡menudo monstruo!  Es una criatura con cinco pies, tres ojos y una barba como la de un chivo. ¡Solo que es verde!” y por supuesto que los niños desaparecieron y reb feibel regreso a sus estudios. Sonrio para su barba mientras pensaba en la broma que había gastado a aquellos pequeños canallas. No paso mucho tiempo antes de que sus estudios se vieran de nuevo interrumpidos, ésta vez por unas apresuradas pisadas. Cuando fue a la ventana vio a varios judíos corriendo. “¿Adonde corréis”?, gritó. “¡A la sinagoga!”. Contestaron los judíos. “¿Acaso no lo has oído?  Hay un monstruo marino; es una criatura con cinco piernas, tres ojos y una barba como la de un chivo, ¡sólo  que es verde!” Reb feibel se echo a reír con regocijo, pensando en la broma que había gastado, y se sentó otra vez ante su Talmud. Pero apenas había empezado a concentrarse cuando repentinamente oyó un enorme tumulto en el exterior. ¿Y que vio? Una gran muchedumbre de hombres, mujeres y niños, corriendo todos hacia la sinagoga. “¿Que sucede?, gritó, asomando la cabeza por la ventana. “ ¡Vaya pregunta! ¿Acaso no lo sabes?” respondieron. “justo enfrente de la sinagoga hay un monstruo marino. Es una criatura con cinco piernas, tres ojos y una barba como la de un chivo. ¡Sólo que es verde!” y mientras la muchedumbre se apresuraba, Reb Feibel repentinamente se percató de que el mismo rabino estaba entre ellos. “¡Señor del mundo!”, exclamó. “si el propio rabino corre entre ellos seguramente debe de estar sucediendo algo. Donde hay humo es que hay fuego”. Sin  pensarlo dos veces, Reb Feibel echó mano de su sombrero, abandonó la casa y empezó a correr. “Nunca se Sabe”, murmuró para sí mismo mientras corría, sin aliento, hacia la sinagoga.         NATHAN AUSUBEL

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domingo, 1 de julio de 2012

El Precio De La Envidia


Mientras una pobre mujer estaba en el mercado vendiendo quesos, vino un gato y se llevó uno.
Un perro vio al ratero e intentó quitarle el queso. El gato se enfrentó con el perro. Así que se pelearon. El perro ladro e intentó morder; el gato escupió y arañó, pero no conseguía acabar la lucha y llegar a una decisión. “Vamos a ver al zorro y que sea el arbitro de éste asunto”. Sugirió el gato por fin. “de acuerdo",  dijo el perro. Así que se fueron a ver al zorro.
El zorro escuchó sus argumentos con aire juicioso.
“Animales tontos-les dijo-, ¿Por qué seguir discutiendo así? Si ambos estáis de acuerdo dividiré el  queso en dos y ambos estaréis satisfechos.”
“De acuerdo” dijeron el gato y el perro. Así que el zorro sacó su cuchillo y cortó el queso en dos, pero en vez de cortarlo a lo largo lo cortó a lo ancho. “ ¡Mi mitad es más pequeña!” se quejó el perro. El zorro miro juiciosamente el trozo de queso a través de sus lentes.
“¡Tienes bastante razón!”. Decidió. Así que fue y dio un mordisco al pedazo del gato. “¡Así está bien¡”, dijo. Cuando el gato vio lo que había hecho el zorro, empezó a aullar. “¡Mira! ¡Ahora es más pequeña mi parte!” El zorro se volvió a poner los lentes y miro juiciosamente el trozo del gato. “¡Tienes razón!”, dijo el zorro. “Espera un momento y haré que todo esté bien.” Y le dio un mordisco al trozo del perro. Esto continuó tanto rato, el zorro mordisqueando el trozo del perro y luego el del gato, que al final se comió todo el queso delante de sus ojos.
NATHAN  AUSUBEL

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