Clasificación por nivel económico: Método por informantes clave (Diagnóstico Participativo)



Objetivo del ejercicio: determinar, a través de la visión de la comunidad, los principales estratos sociales que la componen en términos de los criterios que la gente misma maneja de “riqueza” o “bienestar”. Esto permite ajustar la estrategia de intervención sin necesidad de investigaciones socio-económicas complejas y no siempre bien recibidas. Este método usa informantes locales, los cuales se entrevistan por separado. Podría ser lo más adecuado en una comunidad donde no existe ningún tipo de organización comunitaria ni proyecto de desarrollo en curso, y dónde se quiere evitar de crear expectativas. El método individual tiene algunas ventajas:
• Se puede asegurar que los informantes representen los diferentes sectores de la comunidad;
• Se pueden comparar sus diferentes criterios personales sin la presión social de un grupo, el informante puede expresarse libremente. Toma más tiempo y requiere computar índices.

Tiempo requerido: 2 - 3 horas para el ejercicio mismo

Material necesario: tarjetas y plumones

Metodología:
La metodología funciona para una comunidad a una escala bastante pequeña para que toda la gente se conozca; en caso de una comunidad que cuente con más de 50 hogares conviene subdividirla en sub-unidades (vecindarios por ejemplo).

Paso 1: Preparación
Antes de llegar a la comunidad, se debe haber compilado datos existentes de toda la población, y tener un listado de todos los hogares Si no existe un listado hecho debe consultarse con las personas de autoridad del lugar y es muy útil hacer un pequeño esquema de la comunidad con la ubicación de todas las casas (ver mapa social). Los nombres de cada cabeza de hogar (tener cuenta de que alguna gente son más conocidas por su apodo) se escriben sobre una tarjeta. Se numeran las tarjetas.
Paso 2: Etapa de presentación y selección de los informantes
Los objetivos del ejercicio deben ser explicados y consensados con las
autoridades y organizaciones presentes en la comunidad para lograr su cooperación. Debe enfatizarse que no se trata de un «estudio» o de un «diagnóstico», sino que el Proyecto necesita que la gente lo ayude a conocer mejor sus necesidades, y debe saber si dentro de la comunidad existen gentes con diferentes niveles y tipos de necesidades. Una vez explicado y consensado, debe seleccionarse unos informantes, los cuales deben representar varios sectores de la comunidad (nivel social y autoridad, género, edad). Deben ser personas que llevan tiempo en la comunidad y la conocen bien, no deben ser necesariamente alfabetizados. Si existen personas de autoridad política o moral en la comunidad, deben incluirse, pero hay que balancearlas con gente «ordinaria» de rango social diferente.
Paso 3: Etapa de definición de los criterios
Debe determinarse con la ayuda de los informantes, la terminología más adecuada para ser entendida por la comunidad sobre términos como nivel económico, hogar, comunidad. Es importante poder presentar el ejercicio en términos entendidos por todos; debe usarse el concepto local y más aceptable de «riqueza» o “bienestar”, en forma de que no aparezca un sentido negativo o políticamente cargado al hecho de ser clasificado como «pobre» o «rico». Existen varias formas, una puede ser el nivel de necesidad, «los que pueden ayudar a los demás», «los que apenas tienen para satisfacer sus necesidades», «los que no pueden satisfacer sus demandas con los recursos propios».
Paso 4: Etapa de clasificación
Se trabaja con cada informante por separado. Se le da las tarjetas numeradas con los nombres de las cabezas de hogares y se le pide decidir en cuantas clases va a dividirlas, en función del parámetro de riqueza que se consensó.
No debería haber menos de 3 clases. Si el informante no puede leer, el técnico lee cada tarjeta y se la pasa, para que la coloque en la pila que considere. En ningún momento el técnico debe opinar sobre la clasificación. Si el informante no conoce bien uno de los hogares, se deja la tarjeta aparte.
Una vez hecha la clasificación, se procede a volver a leer los nombres de cada tarjeta, para que el informante pueda cambiar la clasificación si lo desea. Se anota detrás de la tarjeta, el número de la clase (empezar siempre con 1 como la clase más rica).

Paso 5: Etapa de discusión de los criterios
Una vez hecha la clasificación, se debe obtener comentarios del informante sobre el criterio de clasificación utilizado, y que explique las características generales de cada grupo, y en que cada grupo es diferente de los demás, Se anotan cuidadosamente los criterios expresados, porque se deberán comparar los criterios de los diferentes informantes. Se revisan los resultados
en función de los criterios, uno de los problemas más corrientes es que el informante use criterios específicos a cada hogar y no haya coherencia.
Paso 6: Etapa de comprobación
Deben aclararse las desviaciones grandes de clasificación que aparezcan (un hogar clasificado entre los más ricos por un informante y los más pobres por otro); desviaciones menores son normales. Si un informante está en desacuerdo sistemático con otro debe aclararse también.
Paso 7: Etapa de computación del índice
Como los diferentes informantes habrán utilizado diferentes criterios y un número diferente de clases, se debe calcular para cada tarjeta, un índice promedio para una clasificación global. Para el resultado de cada informante, se calcula un índice del hogar dividiendo el número de la clase por la cantidad de clases utilizadas. Por ejemplo, si una tarjeta ha sido clasificada en la clase 1 (más ricos) entre 4 clases, tendrá el índice 1/4 o 0.25. El índice final de cada tarjeta será el promedio de los diferentes índices dados por cada informante. Por ejemplo, si el informante 1 dió un índice de 0.5, el informante 2 un índice de 0.3, y el informante 3 uno de 0.4, el índice final será el promedio (0.5 + 0.3 + 0.4 = 1.2, dividido entre tres = 0.4).
Paso 8: Etapa de clasificación final
Los índices promedios obtenidos no representan un cálculo real y tienen solamente un valor relativo. Deben agruparse en una clasificación final, la cual podría utilizar como número de clases, el promedio del número de clases utilizado por los informantes, o un número estándar para todas las comunidades, para poder compararlas entre ellas. Los hogares se agrupan en clases no en forma mecánica, sino observando si hay grupos de hogares con índices vecinos separados por intervalos. Ninguna clase debería agrupar más del 40% de casos. Frans Geilfus
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Jogly Sú

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