La sensibilidad humana en el desarrollo social


Cuando se trabaja en desarrollo social una de las continuas realidades que se observan es la desidia de nuestros campesinos, su conformismo, su total abandono a las fuerzas del destino.

 En su mayoría existe falta de dinamismo, de diligencia de afán por mejorar su situación. 

Profundizando en su compleja actitud, observamos su indiferencia ante la lucha esforzada por cambiar su condición.

 Una inmensa sensación de impotencia se  atisba en su accionar, viven vegetando, cubriendo el lugar y sus mismas costumbres son transmitidas a sus hijos, quienes de no tener otras orientaciones, otras guianzas  continuaran transmitiéndolas a sus hijos. 

Los días de nuestros campesinos transcurren monótonamente, esclavizados a una rutina invariable, aparentan felicidad, la cual está muy lejos de ser experimentada por sus caliginosas almas.

El técnico de desarrollo social carente de sentido de percepción aguda, pasará por alto todas estas indicaciones, pero el avezado las utilizará para mejorar su conocimiento de la realidad y actuar en consonancia.

Por eso es tan importante la sensibilidad en el facilitador de desarrollo, ésta le permitirá colocarse en los zapatos del campesino, experimentar sus limitaciones y desde allí procurar paso a paso contribuir a inculcar una visión más amplia de la realidad universal.

Pero si el facilitador es uno más de aquellos que lo que hacen es ganar un salario, sin interés real por las personas, lo que se estará haciendo es una contribución a la decepción de nuestros campesinos, a sembrar en ellos la desconfianza en las instituciones de desarrollo, y a hundirlos en un circulo de dependencia, en la cual mostraran que están de acuerdo con todas las propuestas que se llevan de fuera, pero lo harán solo para ver que pueden lograr momentáneamente, sin establecer un compromiso de mejora continua.

 Por eso vemos que cuando una organización llega a una comunidad, en su inicio la participación de los habitantes es muy marcada, la cual va disminuyendo paulatinamente, al ver que los paliativos que se llevan poco o nada contribuyen a su real desarrollo, pero no es que estos paliativos no sirvan, es la forma como se han facilitado los procesos que hace la diferencia.

Lo que sí es seguro es que una de las cosas que deberá mejorarse en nuestras comunidades es la educación, aunque sea informalmente pero nuestros campesinos deberán mejorar su educación. Éste es un reto que urge enfrentar. ¿Se podrá hacer?
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Jogly Sú

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